Es evidente que los idiomas mayas, para obtener su máxima expresión se deben recuperar su original forma de escribir.
Al menos 6 millones y medio de guatemaltecos tienen como lengua materna un idioma maya, según datos del censo 2018. En Guatemala, el castellano es el idioma oficial y complementa 24 idiomas indígenas que son el alma de identidades lingüísticas, étnicas y comunitarias construidas durante siglos, que merecen ser protegidas, conservadas e impulsadas mediante la educación bilingüe intercultural. De estos idiomas, 22 son mayas. Cada lengua es un tesoro de memoria y una visión del mundo codificada en la vida cotidiana a lo largo de una historia colectiva.
En mi caminar por el país, con la ilusión de inspirar y acompañar a emprendedores—que son clave en la economía nacional, he tenido la oportunidad de visitar lugares con variadas proporciones de población indígena y mestiza, según la región y el departamento. Aunque mis conferencias sobre innovación se efectúan en español, el recibimiento ha sido en diferentes idiomas según las comunidades visitadas. Escuchar los sonidos de cada idioma me ha llegado directamente al corazón.
Mi lengua materna es el q’anjob’al. Cuando me ví forzado a migrar en 1990 para reunirme con mi familia en California estaba apenas aprendiendo el castellano. En EE.UU., tuve que aprender el inglés, que rápidamente se convirtió en mi segundo idioma y todavía, poco a poco sigo aprendiendo el español como mi tercer idioma. Y con gran emoción comienzo el aprendizaje de mi cuarto idioma, que es el ruso. Aclaro, no soy lingüista, pero el aprendizaje de idiomas me ha hecho apreciar aún más el arte, la expresión de cada pueblo y de cómo se transmiten conocimientos de generación a generación. Por eso es evidente para mí que los idiomas mayas, para obtener su máxima expresión, deben recuperar totalmente su escritura. Se ha avanzado mucho pero aún faltan más esfuerzos en promoverla. Los sonidos de los jaguares, de los pájaros, del agua y del aire no siempre pueden ser captados en la fonética del castellano. Son sonidos y grafías esenciales en nuestros idiomas mayas.
Nuestras raíces son nuestra fortaleza.
“Nuestras raíces son nuestra fortaleza” es una expresión contenida en mi libro autobiográfico Migrante y hoy más que nunca creo en el valor de amar el idioma materno, pero también admirar el de los demás.
Lamentablemente hay idiomas en peligro de desaparecer, no solo en Guatemala sino en el mundo. A veces son poblaciones que se reducen, otras emigran y en ciertos casos es por la falta de programas de educación bilingüe que permitan a los niños aprender las asignaturas escolares en su idioma natal. Cuando una lengua se extingue, se borra un pedacito de humanidad.
Alguna vez se pensó que unificar todo bajo un mismo idioma era lo adecuado, pero hoy sabemos que un idioma es un vehículo de identidad, al igual que las indumentarias, las historias, las artesanías, la gastronomía. No se puede conservar un elemento cultural de una etnia si se deja perder otro. En Guatemala conviven las culturas mayas, mestizas, garífuna y xinca, cada una con sus saberes y tesoros. Son puentes para conocernos y valorarnos. Creo firmemente que siempre hay más puntos de unión que de separación.
Para cerrar, quiero que lean la lista de los 25 idiomas que conviven en nuestro país, de los cuales debemos sentirnos orgullosos, porque es esta diversidad la que nos hace únicos ante el mundo: Achi, Akateko, Chorti’, Chuj, Itza, Ixil, Jakalteko, Q’anjob’al, Kaqchikel, K’iche’, Mam, Mopan, Poqomam, Poqomchi, Q’eqchi’, Sakapulteko, Sipakapense, Tektiteko, Tz’utujil, Uspanteko, Xinca, Garífuna y Español.
Yuj wal tioxh.