No hubo voluntad ni capacidad para registrar a migrantes guatemaltecos en los Estados Unidos.
La penuria migrante es real, en muchas situaciones es la única salida, cuando la pobreza o la violencia nos obligan a migrar. Los guatemaltecos en los Estados Unidos laboramos en dos y hasta tres empleos para poder sostenernos y ayudar a nuestros seres queridos aquí o en Guatemala. Físicamente estamos fuera pero nuestro corazón, alma y familia están en nuestra tierra: la mejor prueba son las cifras de remesas que cada año rompen récord. El año pasado fueron más de US$18 mil millones. Aun así, no existe un reconocimiento real a nuestra contribución que mantiene la economía guatemalteca a flote.
Por eso es una verdadera vergüenza que con excusas, tardanzas, ineficiencias y silencios el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala (TSE) haya excluido otra vez la participación de los guatemaltecos migrantes en EE.UU. y el mundo. El empadronamiento en línea fue un fracaso logístico y técnico. Tuvieron todo el tiempo, todos los recursos económicos y todo un mundo de herramientas digitales para generar un sistema funcional: faltó la voluntad política.
Los migrantes sostenemos la economía nacional, anhelamos un mejor país y por eso merecemos participar.
Eso sí, los magistrados del TSE vinieron a pasear aquí en El Norte, “para invitar a los migrantes a empadronarse.” Q1.8 millones gastaron en pasajes y viáticos. Sus ganas de venir a hacer “shopping” o ir a visitar a Mickey les ganaron. Quizás temen que tarde o temprano ya no puedan venir. El tío Sam, seguramente los tiene en la mira. Solo lograron registrar a 14 mil guatemaltecos más, habiendo más de 1.9 millones en EE.UU. ¡Qué fracaso!
Yo mismo experimenté ese pésimo “sistema”. Intente empadronarme desde los Estados Unidos. Es un sinsentido total. En un portal web provees tu información y subes foto de tu DPI. Llenar ese formulario es el único paso ‘electrónico’. De ahí pasa por un proceso manual e ineficiente. La página web aseguraba que podía llevar hasta 48 horas. A mí me llevó 55 horas desde el envío de documentos hasta la confirmación de recibido y denegatoria diciéndome que mis documentos eran “ilegibles” y que no me podía empadronar. ¡Reprobados!
El sacrificio del migrante sigue sin ser reconocido por el Estado de Guatemala, que por un lado elogia la economía estable a sabiendas de que está sostenida por remesas, pero por otro lado alarga la exclusión y alimenta el abuso al migrante como el caso de anomalías constantes en el Consulado de Los Ángeles California, donde supuestos servidores públicos cobran descaradamente por servicios que son gratuitos. Se hace de nuestro sacrificio un negocio.
Somos muchísimos los migrantes que soñamos con regresar a una Guatemala mejor, con educación, salud, seguridad, empleo ya sea en empresas o emprendimientos que nosotros mismos podemos impulsar. Negarnos tener parte del proceso electoral es despojarnos de nuestros derechos. Una organización de migrantes llamada Voto de los Guatemaltecos en el Extranjero, VOGUARE interpuso en octubre de 2022 un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia para exigirle al TSE que facilitara el empadronamiento. Aún había tiempo. La CSJ nunca resolvió el recurso.
En tiempos digitales es fácil la integración de la tecnología más eficiente del mercado para estar a la vanguardia en registro de ciudadanos fuera del país. En Guatemala hay talento tecnológico capaz de integrarlo y de transformar el sistema de empadronamiento. Lo que no hay es voluntad política.
Es tiempo que los migrantes y nuestras familias en Guatemala contribuyamos al rompimiento del patrón politiquero de los últimos 30 años. Debemos exigir que se reconozca nuestro sacrificio y contribución al Estado de Guatemala y que se dignifique los servicios que se nos prestan, incluyendo el acceso al sufragio. De lo contrario el Estado seguirá presumiendo nuestras remesas pero excluyendo nuestros votos y expulsando más guatemaltecos.