Prensa Libre

Cada cambio positivo, por más pequeño que sea, es como una luz al final del túnel.

El próximo domingo, será otro día histórico para Guatemala. Llega una cita de segunda vuelta electoral que algunos no querían que llegara. Pero llega como una nueva oportunidad generada por y para la ciudadanía guatemalteca. No ha sido fácil, pero cada desafío genera grandes oportunidades con potenciales transformativos. Cada cambio positivo, por más pequeño que sea, es como una luz al final del túnel.

Hermana y hermano guatemaltecos, recuerda que justo en el vértice donde se encuentran los deseos y las barreras está la diferencia entre triunfar o no, entre avanzar o conformarse, entre vivir por un sueño o dejarse matar las ilusiones. La sola idea de construir juntos una mejor Guatemala nos da la certeza de no seguir el mismo camino.

Ciertos grupos propalan mensajes confusos y de miedo. Quienes hemos vivido épocas de división y odio sabemos del sufrimiento que causan. En la década 1980 el miedo, la muerte y la guerra que se vivían, hacían parecer imposible el deseo de superarse porque las oportunidades parecían inalcanzables. Hoy la decisión estará en nuestra mano. Los extremismos exacerbados y la guerra que sufrimos dejaron más de 200 mil muertos y un millón de desplazados. También rezagos, pobreza y hambre. No debe repetirse nunca más. Por eso el domingo 20 de agosto próximo, debemos marcar juntos y unidos nuestro porvenir.

Hay en las redes mucho discurso de odio, división y confusión, pero cometen un error: subestiman la inteligencia y sabiduría del guatemalteco.

Subestimar el poder y el clamor de la joven ciudadanía guatemalteca fue y sigue siendo un error, pues algunos insisten en intentar engañar, enfrentar y polarizar. Estos politiqueros de siempre utilizaron fondos de Educación, Salud, Infraestructura, fondos del presente y del futuro de nuestros hijos, para clientelismo y obras electoreras, pero no les funcionó y quedaron en evidencia.

Después de la dolorosa pandemia, los guatemaltecos avanzamos en nuestra transformación digital. Esto es relevante, porque ya no es solo por la radio, la televisión o los medios tradicionales que podemos informarnos. Aprendimos que los ciudadanos tenemos la capacidad de informarnos, debatir y compartir datos útiles con nuestros amigos, familia y compañeros. Pero ciertos grupos insisten en querer quitarnos la posibilidad democrática de opinar libremente, difundiendo mensajes confusos e incluso falsos. Sin embargo, cometen otro error: subestiman la inteligencia del guatemalteco.

La joven ciudadanía guatemalteca sabe informarse mejor para hacer una decisión más consciente. Eso es libre expresión en las urnas, con responsabilidad cívica y visión responsable. Ese voto consciente es la mejor demostración de deseo de democracia y Estado de Derecho. Es la manera elocuente de exigir respeto a los resultados electorales, tanto a los aspirantes como a funcionarios de cualquier entidad del Estado.

Protejamos la libertad y el derecho de nuestros hijos e hijas, de la juventud, de soñar y de luchar por sus sueños. De aspirar hasta lo más alto y alcanzar sus metas desde su lugar de origen. Que no tengan que marcharse de Guatemala por falta de oportunidades. Que no tengan que dejar a su familia y sacrificarse en suelo extraño. La penuria migrante es un precio demasiado alto e insostenible: se divide a la familia, se pierde talento nacional y muchas vocaciones profesionales.

Guatemala ha sufrido mucho a manos de malos y pésimos servidores. Pero Guatemala es una tierra bendita gracias a su gente trabajadora, ingeniosa, creativa e inteligente. Es por eso no debemos permitir que viejas polarizaciones, viejas mañas y viejas divisiones nos arrebaten la oportunidad de votar libre y conscientemente.