Formación, la realidad entre lo urbano y lo rural es totalmente distinta.
En estos tiempos, mucho se dice sobre el emprendimiento y las nuevas ideas convertidas en negocios. Por todos lados se anima a quienes tienen una idea a lanzarla al mercado.
Durante mi recorrido por el área rural de Huehuetenango hace una semana, muchos jóvenes me preguntaron cuáles eran las claves para lograr materializar las ideas en proyectos concretos.
Es necesario partir por reconocer que la realidad entre lo urbano y lo rural es totalmente distinta, y eso incide en las posibilidades de desarrollar las ideas y su eventual éxito. Por poner unos ejemplos, muchos de los jóvenes eran de lugares sin acceso a energía eléctrica, muchos menos a internet.
Sin embargo, hay factores inexorables para emprender y triunfar en el mundo empresarial, que no necesariamente dependen de las nuevas tecnologías.
Desde mi experiencia personal y lo que he aprendido en los últimos 15 años como empresario les diré a quienes piensan emprender, o como los jóvenes de Huehuetenango que se preguntan cuál es la clave, que una primera característica de todo emprendedor es la visión. Este aspecto permitirá identificar lo que se quiere emprender. Aunado a esta, viene la pasión, el motor para enfrentar los desafíos que se enfrentan en el camino hacia la meta.
El segundo aspecto es la formación. Esta es la clave para una mayor posibilidad de éxito, pues nos brinda los conocimientos necesarios para adoptar decisiones adecuadas a la hora de tomar riesgos. Desde luego, hay personas que han alcanzado la cima sin contar con una formación formal o específica. Respecto de estas debe destacarse su experiencia acumulada con el tiempo y su capacitación como base para sobrellevar una empresa.
«Emprender exige ser visionario, creativo, dinámico, innovador y arriesgado, sobre la base de una disciplina impecable.» – Marcos Antil.
Pero para alcanzar la meta requiere de una efectiva planificación y eso requiere de una formación. Así, hablar de una empresa es necesariamente hablar de un plan de negocios para desarrollar productos y servicios, pues eso nos sirve para enfocar nuestra visión y avanzar con disciplina hacia la meta propuesta.
El tercer paso es la ejecución de los planes previstos para lograr la meta. Si bien es posible que lo planeado puede sufrir cambios en el camino, estos solo serán para viabilizar la consecución de los objetivos. Como toda fase del emprendimiento, la ejecución no es nada fácil, incluso algunos podrían estancarse aquí.
Y cuarto, para sobrevivir a la competencia y crecer, se requiere innovar. La innovación garantiza que lo que se ha emprendido no quede obsoleto y siempre se actualice. Este aspecto debe contemplarse en la planeación, puesto que innovar también tiene sus costos.
Estamos quienes emprendemos por necesidad y funciona en la medida que esta nos guía en la perspectiva. Yo soy de los que cree que para emprender, es más efectivo priorizar la formación para tener bases para la planeación.
Emprender exige ser visionario, creativo, dinámico, innovador y arriesgado, sobre la base de una disciplina impecable. Las virtudes, la ética y una actitud positiva son cualidades que todo emprendedor debe tener.