Prensa Libre

 

No debemos depender de los que se van para que el país funcione.

Cada vez que sube el precio del arroz, del aceite o del pasaje, la vida se vuelve más difícil para millones de guatemaltecos. No es que no trabajemos, es que cada vez rinde menos el esfuerzo.

Estados Unidos, un país que me abrió las puertas y que salvó mi vida, ha expresado su deseo de reducir la migración forzada desde Guatemala. Pero sus nuevas políticas comerciales—como más impuestos a ciertos productos que exportamos— pueden hacer más difícil alcanzar ese objetivo compartido. ¿Qué significa eso para nosotros? Que vender nuestro café, nuestros textiles o nuestros vegetales se vuelve más caro—menos compradores. ¿Y qué pasa cuando una mamá ya no puede vender lo que cosecha, cuando la maquila despide porque perdió contratos, cuando el taller cierra porque ya no hay pedidos? Pasa lo que siempre pasa: la gente se va. No por gusto, sino porque ya no queda otra.

En 2024, más de 21 mil millones de dólares entraron en remesas. Pero ese dinero tiene un costo: niños sin padres, abuelos solos, familias separadas. Eso no es desarrollo. Es supervivencia.

El Sueño Guatemalteco no es migrar. Es quedarse. Y vivir con dignidad.

El verdadero sueño no es vivir en Estados Unidos. El verdadero sueño es tener trabajo aquí mismo, en nuestra tierra. Que un joven de Chiquimula pueda estudiar y trabajar sin tener que arriesgar su vida en el desierto. Que una mujer de Totonicapán pueda vender sus tejidos sin tener que irse. Que un niño pueda dormirse cada noche con besos y abrazos, no con videollamadas. Ese es el Sueño Guatemalteco. Y sí es posible.

Pero para que eso ocurra, necesitamos un gobierno con visión. No uno que solo apague fuegos, sino uno que siembre futuro. Que invierta en lo que realmente transforma vidas: caminos reparados, internet para conectarse con el mundo, escuelas que inspiren a crear, emprender y pensar libremente, centros de salud que funcionen, seguridad en las calles, y apoyo real a quienes ya están produciendo desde las comunidades.

Necesitamos líderes con visión, con corazón, y con compromiso—que hayan vivido las consecuencias graves del abandono del Estado. No más politiqueros que ven la política como negocio y el Estado como botín. Esos que sin vergüenza justifican la corrupción como parte del sistema, y que al llegar al poder hacen todo lo posible para servirse a sí mismos, no al pueblo. Tampoco necesitamos a los que manipulan el proceso electoral para excluir a quienes representan una amenaza al poder de siempre.

Para rescatar a Guatemala, debemos generar progreso para todos. Por eso, estamos construyendo espacios como el MERCADO digital de SoyMigrante.com, donde cualquier emprendedor de Guatemala puede abrir su tienda en línea y vender en todo el país. Si el Estado no llega a todos los rincones, nosotros sí podemos llevar el mercado a donde vive la gente. Y con eso, ponemos nuestro granito de maíz para cambiar la historia.

Guatemala no necesita caridad. Guatemala necesita creer en sí misma. Necesita un liderazgo que no solo repita “primero la gente”, sino que lo demuestre con hechos. Cuando se invierte bien, la gente responde. Siempre lo ha hecho. Es un país trabajador, solo que abandonado por quienes deberían servirlo.

No debemos seguir dependiendo de que nuestra gente se vaya para que el país funcione. No podemos seguir construyendo sobre el sacrificio de quienes cruzan fronteras dejando todo atrás.
Eso nos rompe por dentro. Nos duele. Nos divide.

En esta guerra económica global, donde cada país protege lo suyo, es más evidente que nunca: el verdadero sueño es quedarse —con trabajo, con dignidad, con familia. El futuro no está afuera. Está aquí. En nuestros mercados. En las manos que tejen, que siembran, que construyen. En los que sueñan, en los que resisten, en los que se quedan.

Porque el #SueñoGuatemalteco no es migrar. Es quedarse. Y vivir con dignidad.

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Marcos Antil SoyMigrante.com, Founder - CEO
Emprendedor tecnológico, maya q’anjob’al y migrante guatemalteco. Impulsor de la educación y la transformación digital. Fundador y CEO de la compañía XumaK durante 18 años, con clientes en más de 25 países. Y ahora de SoyMigrante.com, LLC.