¡Oh, alma de mi ser! ¡Oh, hijos míos! Hoy—les clamo desde los azules y altos montes de los cuchumatantes.

No es casualidad, desde la época de los ancestros mayas, hemos sido un lugar de desarrollo tecnológico.

Al estar hoy en nuestras mesas celebrando Nochebuena, oremos por el futuro de nuestro país.

Aprovechemos esta época de compartir para obsequiar un presente con valor agregado e impacto social.

Mi deseo al compartir este camino con ustedes es que les inspire nuevos sueños y objetivos.

Mientras haya fronteras, la migración no tendrá fin.

Es tiempo de aprobar una Ley de Aguas. Desde la década de 1980 se ha postergado. ¡Ya no más!

Graduandos, los sueños son gratuitos y son la mejor guía para alcanzar lo imposible.

Las empresas pequeñas y medianas son el alma de un país económicamente saludable.

La política bien utilizada es la vía más poderosa para el progreso de los ciudadanos.

El negocio de la experiencia redefine gobiernos que modernicen centrados en ciudadanos.

La solución a problemáticas, resultados de la alteración del clima, está en nuestras manos.

Con toda la autoridad moral de nuestro trabajo honrado, levantemos nuestras voces.

Los rayos del sol han evolucionado, se han convertido en pétalos. K'iche'

La riqueza de Guatemala y su motor de desarrollo reside en cada uno de nosotros.

Como sociedad, necesitamos asumir el pasado para entender el hoy y saber hacia dónde avanzar.

Con espíritu navideño, hagamos feliz y próspera a Guatemala regalándole obsequios trascendentales.

Hoy que hablamos de buscar el diálogo, no debemos olvidarnos de la población del campo.

Los niños son nuestra luz y deberían ser la razón de cualquier diálogo y consenso.

Como con los desastres naturales, una crisis política debe servirnos para aprender a prevenir y resurgir.