Con educación de calidad y empleos podemos solucionar los desafíos de Guatemala.
La generación de empleo y la educación moderna y de calidad son factores vitales para el progreso en Guatemala. Lo único que se necesita para abordarlos adecuadamente es voluntad política, porque lo más vital—gente perseverante, creativa y emprendedora, ya la tenemos.
Ante los desafíos, ¿seguiremos esperando un campo ideal para abordar estos temas—que cada día se ve más lejos, o fortalecemos lo que tenemos ahora para hacerlo posible? Yo soy de las personas que crean soluciones con lo que tenemos ahora para ir construyendo lo deseado. En ese sentido, Guatemala tiene una gran fortaleza que hoy, como país, no hemos aprovechado adecuadamente: el espíritu emprendedor.
El espíritu emprendedor de los guatemaltecos y la tecnología son ventajas a nuestro favor.
Mientras que otros países invierten grandes recursos para incentivar a sus ciudadanos a emprender, nosotros ya somos emprendedores. Los guatemaltecos—aunque casi siempre por necesidad, porque o sobrevivimos o sobrevivimos, estamos acostumbrados a buscar maneras creativas para ganarnos el sustento, somos resilientes, perseverantes y no nos damos por vencido tan fácilmente. No se necesitan estudios para confirmar nuestra fortaleza, pero por si las dudas, el informe (2020/2021) Monitor Global de Emprendimiento (GEM) del Centro de Emprendimiento Kirzner de la Universidad Francisco Marroquín, ubicó a nuestro país en la quinta posición en emprendimiento temprano de 43 países analizados. Los emprendimientos guatemaltecos, que se ubican en la micro, pequeña y mediana empresa (mipyme), son responsables de la generación del 80% de los empleos y contribuyen con el 40% del Producto Interno Bruto (PIB)—dicho de otra manera, de cada 4 empleos, 3 son creadas por las mipymes. Sin embargo, el 75% de los emprendimientos que surgen cada año, no llegan a los primeros dos años de vida; un 20% llega a cinco años y tan solo un 5% supera los 10 años. Lo que estas cifras nos dicen es que, para aprovechar el potencial emprendedor, aumentar exponencialmente la capacidad de generación de empleo de las mipymes, debemos brindarles acompañamiento. Desde asistencia técnica y capacitación, hasta el acceso a créditos con tasas de interés viables. Para la formalización de los emprendimientos—se deben incentivar con beneficios que ayuden su integración al sistema financiero. A nivel de Estado, las herramientas para aprovechar el ímpetu emprendedor de los guatemaltecos, ya están—pero para ejecutarlos adecuadamente, se necesita voluntad política.
En cuanto a la educación, sabemos que el acceso a esta es la ruta más asertiva para lograr un progreso equitativo. Los países que tienen justicia social, que han progresado y se han modernizado ágilmente, se caracterizan con cobertura universal de educación moderna y de calidad.
La mejor herramienta para recuperar las décadas de descuido del Estado a la educación es la tecnología. El mejor recurso que le podemos dar a nuestras y nuestros maestros, y a nuestros estudiantes—es la tecnología. La innovación tecnológica agiliza el acceso a una educación moderna y de calidad. Lo único que se necesita para la modernización de nuestro sistema educativo es voluntad política.
La mejor herramienta para recuperar las décadas de descuido del Estado a la educación es la tecnología.
Es fácil visualizar que, para superar el desafío del desempleo, lograr la creación de emprendimientos escalables—y no solo para sobrevivir, sino con capacidad de masificar la generación de empleos, tener buenos servidores públicos y potenciar la formación de profesionales capaces de competir mundialmente, el camino más asertivo es la educación moderna y de calidad.
Con una educación de calidad y moderna y con la generación de trabajos—todos los desafíos de nuestro país se pueden solucionar. En Guatemala, para los guatemaltecos, no hay imposibles.