Prensa Libre

Plantar semillas de tecnologías en las escuelas prioriza a la niñez y la educación.

“Hay un pasado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nuestro.” —F.W. Robertson

No hay nada que nos invada de tanta satisfacción como ver la sonrisa y los signos de curiosidad dibujados en el rostro de los niños sentados por primera vez frente a una computadora, igual que como cuando reciben un juguete nuevo.

Incluso aunque antes no hayan siquiera tocado el teclado, los niños saben de antemano que están no solo frente a algo nuevo, sino ante una ventana de posibilidades, por eso esas manos diminutas se apresuran mecánicamente a explorar.

«La fuerza detrás de estas iniciativas es de apoyar la labor docente y la promoción del uso de la tecnología en la escuela que prioriza a la niñez y la educación.» —Marcos Antil.

He visto esa escena las veces que he podido participar en la inauguración de algunos de los laboratorios de computación que desde sectores privados hemos ayudado a instalar en escuelas públicas, en colaboración con otras instituciones.

Por ejemplo, la semana pasada logramos plantar semillas, en alianza con la Fundación Sergio Paiz Andrade (FunSEPA), dos laboratorios con 16 computadoras cada uno para las jornadas matutina y vespertina de una escuela pública, que beneficiarán a cerca de mil estudiantes.

La fuerza detrás de estas iniciativas es de apoyar la labor docente y la promoción del uso de la tecnología en la escuela que prioriza a la niñez y la educación.

Leí recientemente el documento de trabajo “Tecnología y escuela: lo que funciona y por qué”, de Francesc Pedró, auspiciado por la Fundación Santillana, donde expone cuatro razones que justifican el uso e incorporación de la tecnología en las aulas.

Expongo a continuación estas razones porque coincidió con la visión que plantean. La primera justificación es la dimensión económica, pues la tecnología aplicada en la educación viene a fortalecer las capacidades y competencias de la fuerza laboral, permitiendo al país ser productivo y competitivo en un mundo globalizado.

Luego tenemos la perspectiva social, puesto que utilizada para universalizar el acceso a la educación, la tecnología puede repercutir en una mejora de la calidad de vida de las personas.

En la llamada sociedad del conocimiento, la informática aplicada en la educación nos ayudará a sumergirnos en la cultura digital y ser parte del cambio que conlleva.

Finalmente y, quizá, una de las razones más importantes a considerar, se refiere a la dimensión propiamente pedagógica, entendiendo estos recursos como el catalizador para la transformación de los sistemas educativos, a fin de que respondan a las necesidades que plantean las sociedades emergentes.

Sostengo que la mejor vía para lograr el progreso para nuestro país es la educación. Eso requiere de la ampliación de la cobertura escolar, dotar de infraestructura física, garantizar la permanencia de los estudiantes y su egreso efectivo. Aquí es donde la tecnología es la mejor aliada.

Por eso, en las empresas privadas, es nuestro deber apoyar los esfuerzos que llevan tecnología a las escuelas, capacitar a los maestros para su correcta aplicación y brindar seguimiento para su mantenimiento, como algunas empresas ya lo hemos hecho de la mano de instituciones como FunSEPA y Edulibre.

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Marcos Antil SoyMigrante.com, Founder - CEO
Guatemalteco, maya q’anjoba’l, migrante y emprendedor tecnológico.