Sonrisas y nuevos aprendizajes le dan sentido a un desempeño empresarial.
La solidaridad, la empatía y el servicio a la comunidad son valores que deberían ser parte de nuestra vida cotidiana, pero suele ser en diciembre, con su característica atmósfera y manifestaciones de afecto en el cierre de un ciclo, la época en que las actitudes de hermandad pueden cristalizar más fácilmente y encontrar eco en los corazones, pues el propio espíritu de la época de adviento nos llama a convidar y dar más que recibir.
Al momento de cerrar esta columna, las 150 personas del equipo de XumaK (de Guatemala, EE. UU., México, Canadá y Colombia) nos estamos preparando, con una dichosa mezcla de emoción, compañerismo y expectativa, para participar en la jornada de remozamiento de una escuela en Amatitlán. Dejamos las computadoras, los programas, los cronogramas y las carreras del día a día para pintar muros, reparar escritorios o entregar otros, nuevos, así como equipos que contribuyan a una mejor labor en este centro.
Las satisfacciones y bendiciones que como empresa hemos cosechado durante el año no tendrían esencia si al hacer una retrospectiva y un recuento de ellas nos olvidamos de compartir con el prójimo, con los menos favorecidos y, en este caso, niños de escasos recursos. Al igual que en jornadas anteriores, sus sonrisas y nuevos aprendizajes le darán sentido a nuestro desempeño empresarial, pues el éxito de una firma se debe a la comunidad donde florece.
«La cantidad no es la que cuenta. No son las cosas materiales lo más importante. Pero sí el tiempo que cedemos, el trabajo que cada compañero de labores aporta y el gigantesco aprendizaje que cada uno de nosotros tiene al entrar en contacto con la realidad que vive la gran mayoría de guatemaltecos». – Marcos Antil
Cuando más empresarios se proponen encabezar una jornada, junto con sus colaboradores, para practicar el voluntariado en un hospital, llevar un momento de diversión a un hogar de niños, apoyar a remozar un plantel educativo, motivar a un grupo de jóvenes para alcanzar sus metas, dar abrigo a los desamparados, apoyar a quien busca un trabajo, enseñar a quien no sabe…. Este país dará un salto cuántico impresionante en muy pocos años.
No en vano el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, dijo el año pasado con motivo del Día de la Solidaridad Humana, que desde 2005 se celebra cada 20 de diciembre: “La solidaridad es fundamental para resolver los problemas del mundo interconectado en que vivimos. Podremos alcanzar nuestros objetivos compartidos si logramos que las personas puedan participar en la formulación y la aplicación de los planes, las políticas y los programas concebidos para modelar nuestro futuro común”.
Por eso me siento orgulloso y agradecido con todos mis XumaKeros, que con ocasión de reunirnos un año más en Guatemala llevamos a su máxima expresión uno de nuestros valores fundamentales que es Vivir el Servicio. Les agradezco por regalar parte de su tiempo a las niñas, los niños y adolescentes de una escuela, en donde seremos voluntarios de remozamiento, pero también nosotros mismos seremos remozados por dentro.