Postergar la educación es condenarnos al subdesarrollo. ¡Evitémoslo!
Independientemente de la coyuntura que viva el país, la priorización de la educación debe ser permanente y constante. Alertar, proponer y actuar en el tema educativo de forma continua, es una constante evolución que contribuye a la transformación pacífica de Guatemala.
Recién pasó la conmemoración del 20 de octubre de 1944, una gesta histórica que unió a civiles, militares, académicos, artistas, intelectuales, estudiantes. La dinámica histórica ha variado y ya no es por medio de la fuerza que se deben inducir los cambios, sino por medio de políticas de Estado que faciliten el desarrollo integral y de ellas, la educativa es la que mayor impacto tiene en las nuevas generaciones.
A los esfuerzos estatales en busca de lograr la universalización de la cobertura, el mejoramiento de la calidad y la modernización del sistema educativo, existen otros emprendimientos, proyectos y alianzas desde el sector privado, la sociedad civil y la cooperación internacional encaminados a sumar en este esfuerzo.
Hoy, precisamente, se llevará a cabo la cena de recaudación “Más niñas juntas”, promovida por la organización Abriendo Oportunidades, un programa del Population Council. Este evento busca reunir fondos para construir una granja de producción agropecuaria que beneficiará a más de cuatro mil niñas que integran la red Na’leb’ak en Chisec, Alta Verapaz. Se puede conocer más sobre este proyecto en su aquí.
Como esta iniciativa hay muchas tantas. Por ejemplo, el proyecto de educación popular Los Patojos, fundado hace 12 por el joven Juan Pablo Romero, en Jocotenango, Sacatepéquez, que da acceso a educación, alimentación, salud, arte, deporte y desarrollo social a niños y jóvenes del área. Esta iniciativa ha desarrollado su propia metodología: El Patojismo, y comienza a abrir sedes en otros lugares. Se puede conocer más sobre ellos sitio web.
También existen iniciativas que tienen menos publicidad pero son conocidos gracias mucho esfuerzo de personas como la periodista Lucía Escobar. Es el caso de la Telesecundaria de la aldea Santa Clara Chajul, Quiché. En este lejano pueblo ixil no se ha logrado la asignación de maestros oficiales, por lo que a través de una organización comunitaria se gestiona financiamiento privado y donativos para el pago de maestros y el otorgamiento de becas. Se les contacta a través de pagina en Facebook bajo en nombre de “Escuela Santa Clara Chajul-Quiché”.
Podría seguir enumerando más iniciativas como las anteriores, sin embargo, me gustaría invitar a cada uno de ustedes, amigas y amigos, a indagar e informarse para aportar a la causa de su simpatía. Es justo reconocer otros esfuerzos como los de Fundación Sergio Paiz Andrade (Funsepa), entidad con la que XumaK ha trabajado en alianza proyectos para promover el acceso a tecnología para escuelas públicas, principalmente en Huehuetenango.
Es posible que muchos piensen en lo vital de la educación pero que sus resultados son de largo plazo y que lo que necesita el país es una fórmula inmediata. Estoy de acuerdo. Pero también renovar la educación es impostergable. Si lo posponemos una cosa es segura: estamos condenados a no salir del subdesarrollo.
Si queremos un país distinto para mañana, debemos empezar a sembrar desde ya esa cosecha. Los esfuerzos mencionados son ajenos a los avatares políticos, mediante los cuales Guatemala reevoluciona y transforma su futuro a través del apoyo a las generaciones renovadas de niños y jóvenes.
¿Acepta usted el reto también de ayudar a reevolucionar?