La digitalización es una oportunidad para que nuestro país trascienda—¡aprovechémosla!
La mejor manera de hacer que el progreso abarque a más personas y se aceleren los pasos de cualquier esfuerzo por reducir las brechas de la desigualdad social, erradicar la desnutrición, combatir la pobreza y salir del estancamiento económico, es aprovechando las herramientas, los recursos y la infraestructura de telecomunicaciones digitales ya existentes.
En ese sentido, quiero subrayar la oportunidad que ofrece Internet de banda ancha y los pagos electrónicos móviles para llevar el progreso hasta los lugares más recónditos de Guatemala. El desarrollo de nuestro país, nuestras comunidades y regiones, dependerá en buena medida de nuestra capacidad de aprovechar y potenciar la digitalización, sobre todo su aplicación en la educación, con pertinencia cultural.
Alianzas con empresas de telecomunicaciones, instituciones bancarias y públicas son indispensables.
Urge promover el acceso a Internet, empezando por las escuelas junto con las comunidades más remotas del país. La conectividad no solo permitirá potenciar nuevas competencias digitales y el aumento de la calidad educativa, sino que además abrirá la oportunidad de integración de nuevos servicios financieros, tales como los pagos electrónicos móviles, y para las poblaciones rurales, acceso a información sobre la optimización de cosechas en la agricultura.
Frecuentemente me he referido al internet como la autopista de oportunidades al que todos podemos subir. Ya conectados, cada uno puede demostrar su capacidad y creatividad, y competir con sus ideas y conocimientos. En nuestro país existen talentos que no pueden brillar porque no tienen las herramientas para demostrar al mundo la magnitud de su capacidad.
La infraestructura de telecomunicación ya existe. Para dar un claro ejemplo de las amplias posibilidades que permite la red les cuento que en mi último viaje a Cocolá Grande, aldea de Santa Eulalia, Huehuetenango, a 17 horas de la capital manejando. Aquí la electricidad aún no llega, pero hay torre de comunicación—por lo cual tuve conexión de datos y gracias a ello, desde ese lugar pude tener reuniones de trabajo con clientes en Europa.
Una de las fórmulas que hoy podría facilitar el acceso a internet es la alianza entre ciudadanos, gobiernos y empresas privadas. Incluso podríamos no solo pensarlo a nivel nacional sino regional, pues a mediano y largo plazo, esto redundará en los esfuerzos de integración y el crecimiento económico sostenido.
Esto nos llevaría a un segundo punto que es vital y que ayudaría en un progreso equitativo eficaz y veloz. Y es que Internet habilitaría el acceso de los pagos electrónicos. La importancia de esto radica en que facilitará a las personas, principalmente emprendedores, comerciantes locales y pequeños productores tener acceso a servicios financieros y crediticios—especialmente para los que aún no hacen uso de la banca.
Los pagos electrónicos hacen posible que las pequeñas empresas pueden hacer cobros electrónicos y vender en línea.
La digitalización de los servicios financieros también facilitará a las personas abrir cuentas bancarias, mover dinero fácilmente, pagar salarios y hacer crecer sus negocios. Un sistema de pagos electrónicos, apoya a la formalización de los comercios. A nivel público, también ayudarán a combatir la corrupción, aumentar la transparencia y mejorar los servicios gubernamentales. Aquí es clave que las empresas habilitadoras de pagos transaccionales ofrezcan costos accesibles y competitivos.
La conectividad digital y las tecnologías financieras son esenciales para que como país podamos competir en la economía mundial. Como ciudadanos, es vital aliarnos con las empresas de telecomunicaciones, las instituciones bancarias y las instituciones públicas para subirnos todos y competir en la gran autopista de la transformación digital.