Somos, en gran parte, el resultado de su esfuerzo o de su descuido.
Carta abierta a los maestros:
Queridos maestros y maestras, como ustedes saben, ayer 7 de enero, quedó inaugurado oficialmente el ciclo escolar 2019, en todos los niveles educativos desde preprimaria, primaria, básicos y diversificado de todo el país, tal como dispuso el Ministerio de Educación.
Aprovecho la ocasión para saludarles y externarles mis respetos y admiración por asumir la gran responsabilidad de forjar nueva ciudadanía. A diferencia de cualquier otra profesión u oficio, ustedes no tratan con herramientas, no gestionan datos; no comercian bienes ni elaboran productos. Ustedes, maestros, trabajan desde el principio con almas inocentes; moldean vidas y forman carácter.
Maestras y maestros, en sus manos está el futuro de Guatemala y del mundo. Aunque no lo parezca, esa responsabilidad recae en ustedes.
De ustedes dependen los futuros políticos que conducirán con ética el destino de nuestro país; los ingenieros que promoverán inventos y tecnología novedosa; los juristas que luego serán jueces e impartirán justicia con apego a la ley; los científicos que pondrán su conocimiento a favor del desarrollo humano.
De ustedes dependen los próximos empresarios y directivos responsables de sus obligaciones y respetuosos de los derechos de sus trabajadores, del medio ambiente y del Estado de Derecho. No digamos de la mayoría de ciudadanos de a pie, cumplidores de sus obligaciones ante el fisco, con su comunidad y sus familias; las madres y padres capaces de educar hijos y legar nueva ciudadanía.
Por tal motivo, hoy me tomo la libertad de dirigirme a ustedes para hacerles un llamado a la conciencia. Es imprescindible que dimensionen su rol social y el nivel de su responsabilidad. A partir de ello, entender por qué es importante trabajar arduamente para cumplir con el propósito de ampliar la cobertura escolar, logrando y superando los 180 días efectivos de clase mínimos que establece el Reglamento de la Ley de Educación, que solo podrá lograrse evitando la distracción de la agenda de personas que únicamente buscan enriquecerse financieramente y seguir deteriorando nuestro sistema educativo—de nuestro futuro. ¡No lo permitan!
Sobrepasar con los días lectivos que la regulación establece es solo el primer paso. Significa que tampoco se trata únicamente de cumplir con asistir a las aulas, sino que ello se traduzca en enseñanza efectiva. Que la educación vaya más allá de depositar contenidos en la cabeza de los alumnos, sino de procurar que la enseñanza se enfoque en despertar la curiosidad y creatividad de cada estudiante y de proveer recursos que los permitan a contar con las herramientas pertinentes para forjar su propio futuro y enfrentar con éxito al mundo moderno.
Queridas maestras y maestros, procuren que la escuela sea para las niñas, niños y adolescentes un lugar que los haga felices, un espacio seguro y medio de interacción, que genere confianza en sí mismos, autoestima, respeto entre sus iguales, seguridad y dignidad.
Guatemala necesita de nueva ciudadanía, personas que verdaderamente amen a su país y cuenten con las herramientas para trabajar por su desarrollo. La era actual requiere una nueva generación de guatemaltecos con pensamiento crítico, capaces de desarrollar soluciones, impulsar innovación para atender las necesidades de las mayorías y unir al país. Pero sin el compromiso, el amor, la pasión y la entrega de ustedes, maestras y maestros, el país no podrá conocer esa nueva generación dispuesta a trabajar, emprender y transformar al país.
Maestras y maestros, los guatemaltecos se los agradecemos.