Emprender es una alternativa a emplearse.
La época de fin de año trae consigo múltiples alegrías y celebraciones que van más allá de las festividades tradicionales propias de la época. Destacan entre estas, las galas de graduaciones que abren la puerta a nuevos profesionales y liderazgos.
Es alentador ver cada año más jóvenes graduándose de una carrera, sobre todo, cuando compartimos la idea que la educación, la profesionalización y el desarrollo de competencias podrán apuntalar nuestros esfuerzos como país para progresar. Más aún si tomamos en cuenta que, sin duda, un buen número de entusiasta irá más allá—los que se aventuraran a emprender y abrir nuevas oportunidades para otras generaciones.
«Emprender: Es este su mejor momento para hacerlo, porque están en una etapa potencial, con energía y mucha creatividad, que busca ser canalizada.» – Marcos Antil.
Pienso en el reto que afrontamos como país, para facilitar las condiciones adecuadas para que Uds., las nuevas semillas de la sociedad, caigan en tierra fértil, crezcan y den frutos de prosperidad.
Por ejemplo, en 2011 el informe “Entre la penuria y la urgencia de oportunidades: el empleo juvenil”, del Programa Juventud de la Unión Europea (UE), estimó que en Guatemala, 180 mil jóvenes ingresaban cada año por primera vez al mercado laboral en busca de trabajo.
Otras proyecciones manejan que la cifra de jóvenes que entran por primera vez en busca de trabajo se sitúa entre 200 mil y 300 mil, al tiempo que proyectaban que el mercado laboral tenía la capacidad de absorber únicamente entre 15% y 20% de esa fuerza laboral.
El mismo estudio de la UE advertía que las características demográficas del país aumentaban la presión sobre el mercado laboral, que aunado a los supuestos del comportamiento de la tasa de participación laboral de la Población Económicamente Activa juvenil, el flujo anual de jóvenes buscando un primer empleo aumentaría entre el 20% y 40% hacia 2025.
Ante este panorama, encuentro que una mejor ruta para los nuevos profesionales y líderes que recién comienzan a dar sus primeros pasos, está en emprender. Aventurarse, arriesgarse –con una debida planeación– e incursionar en el emprendimiento, es una posibilidad que tienen enfrente. Es este su mejor momento para hacerlo, porque están en una etapa potencial, con energía y mucha creatividad, que busca ser canalizada.
Si el mercado actual ofrece pocas oportunidades para emplearse, es mucho más visionario e innovador que tomen la iniciativa. Jóvenes, deben hacer valer su liderazgo abriéndose campo para brindar oportunidades a otros.
Reconozco que no es nada fácil iniciar un emprendimiento. Es un desafío importante, que implica riesgos significativos. Pero se pierde más si no se intenta. Los riesgos se logran minimizar en la medida que se actúa con disciplina, determinación y planificación.
Existen indicadores que señalan que el sistema educativo no favorece la cultura del emprendimiento. Pero tampoco podemos decir que en la época actual, el avance tecnológico no nos abre más posibilidades de adquirir conocimientos de formas no convencionales.
Es vital asesorarse, aprender de otras experiencias de éxito y aliarse con personas visionarias, que ejercen liderazgos y sobre todo, que ostenten un espíritu emprendedor. Depende de uno mismo, explorar y buscar alternativas para sobresalir.