Prensa Libre

En Guatemala, urge la inversión en infraestructura que permita ampliar la cobertura de internet.

En las sociedades modernas, es indiscutible que las Tecnologías de Información y Comunicación (TICS) son claves para el progreso. En Guatemala vimos recientemente su eficacia en los movimientos de manifestación pacífica que han conducido importantes cambios en el país. Por supuesto, se trata de una plataforma que sustenta las actividades económicas y aporta a la diversificación de la estructura productiva de un país.

En la columna e-commerce (02/03/2015) se pincelaron algunas de las oportunidades de negocios que representa adaptarse al creciente comercio electrónico y el marketing digital. Pues este tipo de industrias se basan precisamente en la infraestructura inteligente y los servicios de telecomunicaciones de calidad.

«La inversión en TICS es urgente y debería ser prioritaria, porque allí está el futuro de la formación técnica y académica, allí está el horizonte de las estrategias empresariales y allí radica el nuevo paradigma de competitividad global.» —Marcos Antil.

Las cifras del Programa Nacional de Competitividad son reveladoras. El clúster del IT & BPO (Information Technology and Business Process Outsourcing), generó en 2014, US$524.8 millones en exportaciones y alrededor de 84 mil empleos directos, con la prestación de servicios de laboratorios, software, turismo sostenible y de salud, contact centers y BPO, contenidos digitales e industrias creativas.

En la actualidad, el sector de servicios representa el 16% del Producto Interno Bruto (PIB), desplazando así a sectores tradicionales como el agrícola (con 14% de participación, según datos del Banco de Guatemala).

Podemos ver que luego de la liberación de la industria de las telecomunicaciones en 1996, Guatemala ha logrado un rápido crecimiento en cobertura de telefonía móvil (poco más de 1.40 líneas por cada habitante), aunque el porcentaje de personas que usan Internet de banda ancha sigue siendo bajo.

El informe “Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe 2015”, publicado recientemente por la CEPAL, señala que Guatemala a pesar de pasar de una cobertura del 6% en 2006 a un 19.7% en 2013, se mantiene en la parte inferior de la distribución regional, con una brecha de unos 44 puntos porcentuales con relación a los países mejor posicionados, como Chile.

Sobre el potencial instalado en infraestructura digital, Invest in Guatemala refiere que el país brinda niveles de redundancia de 99.99%, conectividad al NAP de las Américas (Network Access Point), a través de 3 cables submarinos y dos cables terrestres, capacidad instalada para STM-6 de fibra óptica, capacidad inalámbrica de conexión 4G, velocidades en líneas fijas de hasta 10 MBPS e inalámbrica de entre 30-50 MBPS.

Pero la falta de inversión en la infraestructura necesaria para incrementar la cobertura de banda ancha en el país nos tiene rezagado en comparación de otros países. Chile, por ejemplo, que tiene el mismo potencial de infraestructura digital que nuestro país, ha sabido tomar ventaja posibilitando que más del 66% de sus hogares tenga internet.

La inversión en TICS es urgente y debería ser prioritaria por parte del gobierno pero también de las iniciativas educativas de toda índole, porque allí está el futuro de la formación técnica y académica, allí está el horizonte de las estrategias empresariales y allí radica el nuevo paradigma de competitividad global.