Televisión digital que será implementada en nuestro país, seguro traerá mas democracia en este campo.

Guatemala está en una transición que ha sido lenta pero es inexorable: el paso de la televisión analógica a la digital. El proceso ha tenido diversos retrasos, incluso algunos de ellos por obvios intereses económicos y políticos. sin embargo la tendencia mundial lleva al país a dar el salto que traerá múltiples beneficios.

México llevó a cabo el “apagón” analógico, cuando a finales de diciembre de 2015 dejó de transmitir en señal abierta la TV convencional. Estados Unidos, que inició en 2009, aún no concluye la transición, mientras que España, terminó de apagar las señales analógicas en 2010, tras iniciar el proceso en 2004.

«Los países y las personas pobres se diferencian de los ricos no sólo por tener menos capital, sino también por poseer menos conocimiento, la característica revolucionaria del conocimiento es que también el débil y el pobre pueden adquirirlo. El conocimiento es la más democrática fuente de poder.» -Toffler.

En 2013, el gobierno de Guatemala publicó el Acuerdo Gubernativo 226-2013, donde se estableció la implementación gradual del sistema de señal digital ISDB-Tb, conocido también como la Norma Japonesa¬Brasileña, para lograr el paso hacia la televisión digital terrestre (TDT), que permitirá contar con más canales, diversidad de servicios multimedia, mejor calidad de señal y audio, e interactividad.

Quizá muchos, por ahora, no dimensionamos la importancia de que el país pase a la televisión en formato digital. Sin embargo, este paso representa la posibilidad de beneficiarse de las economías de escala y de inversión, que se traducen en generación de empleo, servicios enfocados a la comunidad, la inclusión social y el desarrollo de soluciones a nivel educativo, económico y cultural.

En Guatemala nos aqueja la exclusividad sobre la televisión abierta, la digitalización abriría la posibilidad de una democratización de estos medios y, por consiguiente, facilitaría la ampliación de producción de contenido acorde a nuestra realidad social y de mercado; la generación de cultura e información, y la revolución de la forma de relacionarnos.

Uno de los mayores desafíos de nuestra sociedad sigue siendo la falta de acceso a la educación de un alto porcentaje de la población, el cual afecta principalmente a las comunidades rurales. Si bien es cierto, que por lo menos en la última década, internet ha abierto brecha en este camino, constituye solo un pequeño aporte. La digitalización de la televisión, sin embargo, vendría a solventar las carencias de la banda ancha, tales como los costos y los requerimientos tecnológicos.

¿Podemos imaginar el potencial que representa la tele-educación interactiva y la tele-presencia facilitada a partir de la TV digital? Ahora imaginemos las posibilidades a nuestro alcance si sumamos a la televisión de alta definición la banda ancha y el desarrollo de aplicaciones basadas en dispositivos móviles.

Estamos a las puertas de una nueva era que nos abre la oportunidad de estar a la altura de la sociedad del conocimiento. Lejos de cuestionar si estamos preparados para sumergirnos a la corriente, quiero alentarnos como sociedad, a prepararnos y a deshacernos de cualquier temor respecto de lo que nos depara el futuro próximo. Es momento de subirnos al barco que nos conduzca hacia ese mar de posibilidades.