Tú eres la única persona que puede hacer de su tiempo libre algo altamente productivo.
Ya sea porque tienes la dicha de mantener tu trabajo y aún no has podido regresar a las oficinas o porque lo perdiste por la crisis, ahora que aún se mantiene el confinamiento toca—tomar aire—respirar profundamente y reflexionar qué hacer con ese valioso tiempo que, al irse, nunca volverá. Antes de la pandemia, lo normal era preocuparte en cómo hacer de tu día de trabajo algo altamente productivo. Hoy debes preguntarte qué hacer con ese tiempo libre y qué provecho le puedes sacar. El confinamiento es estresante—lo sé. Pero puedes canalizar ese estrés hacia algo productivo y aprovecharlo al máximo.
Si te quedaste sin empleo, tómalo como la oportunidad para, finalmente emprender y así cubrir la necesidad de ingresos. Haz esas cosas que siempre te han gustado, pero que por algún temor, no te has animado a hacerlos. Toma las riendas de tus acciones y de tu futuro. Recuerda que, donde hay una necesidad hay una oportunidad, y tú eres el único con la capacidad de convertir esas necesidades en oportunidades.
Recuerda que, donde hay una necesidad hay una oportunidad.
Incluso, si le das vuelta al asunto y no ves las oportunidades detrás de las necesidades, solo tienes que expandir tu mente. Piensa en tu manera particular de ser, en las características que te distinguen del resto de la gente. Ponte en el zapato de las demás personas y pregúntate ¿qué ven ellos en ti que tú no ves? Las respuestas te sorprenderán. ¡Lo sé!
La única persona que puede hacer de su tiempo libre algo productivo, eres tú mismo. ¿Qué has hecho de tu tiempo durante este confinamiento? ¿Has sabido aprovecharlo? Te pregunto esto porque, con agrado he visto que muchas personas han sabido aprovechar esta época para dar a conocer su talento o promover sus proyectos de negocio. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que hoy más que nunca he visto florecer la solidaridad y ha ayudado, a través de las redes sociales, a compartir y potenciar muchas iniciativas. Desde los abuelitos que han logrado que sus ventas de helados sean emprendimientos sostenibles—gracias al apoyo de la gente, hasta el talentoso Favio Vázquez, mejor conocido como Lobo Vásquez—quien, tras participar en un concurso de baile a modo de distraerse de la muerte de su hija, hizo lo que durante 34 años ha sabido hacer mejor: bailar y hoy, muchas marcas aprovechan su talento y su imagen para promocionarse.
También hay otros ejemplos, como el de un padre de familia que había perdido su trabajo y aprovechando su habilidad en carpintería comenzó a fabricar muebles para el hogar, y gracias a que mucha gente compartió su publicación, ha podido venderlos y así sostener los gastos de estudio de su hija. También he visto casos de muchas personas que emprendieron venta de comida casera o postres saludables con entrega a domicilio. Otros que pusieron venta de productos decorativos no convencionales, detalles para ocasiones especiales, manualidades y productos artesanales. La mayoría quizá ha emprendido por necesidad, pero otros aprovecharon este tiempo para lanzarse al agua.
Las empresas actualmente más grandes del mundo, comenzaron pequeños—y sin apoyo financiero.
Podría seguir contando historias, y estoy seguro que tú, que lees estas líneas, conoces otras o la tuya misma. Son ejemplos de maneras en que muchos aprovechan el tiempo mientras llega la hora de volver a sus lugares de trabajo.
Claramente, no todo tiene que ser a lo grande—pero ojo—mira que los emprendimientos que comenzaron pequeños son los que ahora mismo están impactando al mundo. Las empresas más grandes del mundo, comenzaron pequeños—y sin apoyo financiero.
Ves—todo, absolutamente todo en esta vida es posible. ¡Anímate! Atrévete a sacarle la mayor partida a este tiempo de confinamiento y de tantas necesidades.