A los más de 153 mil maestros, hoy nuestras familias los necesitan para salvar vidas.
Queridas maestras y maestros: hoy, con mucho cariño, admiración, gratitud y respeto me dirijo a ustedes. A cada uno de ustedes, que hasta el 16 de marzo último cumplía con vocación la tarea diaria de llevar el pan del saber a las aulas, les quiero decir que hoy tienen la oportunidad única de salvar vidas. ¡Los necesitamos!
Nuestras comunidades y nuestro país, como el resto del mundo, pasa por una coyuntura sin precedentes que ha obligado, entre otras medidas, al aislamiento social masivo para contener la propagación de la pandemia del coronavirus COVID-19. Esta situación, como es de su conocimiento, ha significado la suspensión de las actividades escolares en las más de 40 mil escuelas de todo el país. Significa que aproximadamente tres millones 200 mil estudiantes de primaria y preprimaria no están asistiendo a las clases. Hoy ustedes, los más de 153 mil maestros, tienen la oportunidad de poder apoyar en la contención de este virus.
Apoyemos a los trabajadores de salud que están al frente contra este virus.
Queridos docentes, sepan que juegan un papel importantísimo en el proceso de educación y en la construcción de la realidad de nuestras comunidades, en especial de donde pertenecen. Hoy, humildemente, llamo a su conciencia para ir un paso más allá del deber estricto y sumarse a los esfuerzos que se hacen desde lo público y privado, para contener la expansión del coronavirus. Apoyemos a los trabajadores de salud que están al frente contra este virus.
Ahora que no están enseñando en las aulas, lleven su enseñanza fuera de las aulas, a los padres y madres de familias, sobre la importancia del distanciamiento entre personas, la confección de mascarillas de tela para cubrir la boca y nariz, enseñar hábitos básicos de higiene para prevenir el contagio y, así juntos, poder minimizar los daños que esta pandemia podría dejar en nuestras comunidades, en nuestro país y en el mundo.
He pensado en ustedes porque sé que, al estar ligados íntimamente a sus comunidades, tienen el respeto y el conocimiento profundo de la realidad que viven las familias y porque la escuela, suele ser el centro de cada comunidad. Su fuerza, sumado a lo que hace el gobierno y el sector empresarial, sin duda, salvará vidas, cambiará el panorama actual y nos colocará como un modelo en la contención de la crisis.
En la ciudad y zonas urbanas, muchos maestros siguen trabajando gracias a la tecnología, pero la brecha digital, principalmente en el área rural, no solo afecta la continuidad de clases, sino que también limita el acceso a la información preventiva a la población. Es ahí donde ustedes entran en acción y llevar el saber a los padres y madres, y los otros líderes comunitarios.
Toda mi vida he sido testigo del valioso rol de los maestros en nuestras comunidades. A largo plazo, su vocación y entrega supera cualquier profesión u oficio. Sé que pueden marcar la diferencia. Sé que son conscientes de que, cuando volvamos a salir de nuestras casas nuevamente, la vida no volverá a ser la misma. Es importante prepararnos desde ya en adoptar, con mayor rigor, muchos de los hábitos que durante esta crisis hemos asumido.
Sindicatos, guíen una campaña de información y prevención del virus dirigida a padres de familia.
Ahora que las aulas están cerradas, es ideal que el mayor sindicato de maestros, que agrupa alrededor de unos 128 mil maestros, asuma su liderazgo y ponga al frente la necesidad del país. Es buen momento de usar su poder de convocatoria para guiar una campaña de información y prevención dirigida a padres de familia y líderes comunitarios.
Apreciable, maestra y maestro, quisiera hoy con este mensaje tocar tu conciencia y animarte a dar tu mejor esfuerzo para ser parte del equipo que está salvando vidas. Juntos protejamos la integridad de nuestras familias, de nuestras comunidades, de nuestro país y del mundo.