El próximo año debemos elegir hacer cosas diferentes para poder tener resultados distintos: si no vamos a seguir igual o peor.
Este año 2022, me dejó tantas cosas buenas: conocí los esfuerzos, ideas y sueños de muchos guatemaltecos durante la gira de mi libro Migrante y conferencias sobre innovación, tecnología, educación y emprendimiento. También me dejó un adiós muy difícil: el 30 de abril murió mi padre, Cuxin Antil, cuyas enseñanzas llevo en la mente y el corazón. Él sirvió a su comunidad y es ese ejemplo el que me anima a continuar el aporte, sobre todo a la niñez y la juventud.
Existe una gran necesidad de transformar a Guatemala para generar desarrollo y oportunidades. Es el único camino sostenible para salir de la pobreza que golpea a la población más vulnerable y obliga a las familias a separarse. La migración debe ser una opción, no una ruptura impuesta por la desesperación. Y para lograrlo, sabemos que necesitamos hacer cosas diferentes para poder obtener resultados distintos En 2023 se viene un proceso de elecciones. Es una oportunidad clave para marcar el inicio del sueño guatemalteco que todos tenemos y que cae sobre nuestros hombros y de nadie más.
Se volverá a las aulas presenciales, pero el Mineduc recortó más de 85% a la tecnología para las aulas.
La elección es simple: basta ver los nombres de los mismos malos administradores actuales o pasados para saber por dónde no es el camino. Los mismos de siempre han pervertido el sistema político, lo han convertido en un sistema mercantilista y en lugar de servir, se aprovechan del poder. Han convertido el robo de nuestros recursos a una maligna costumbre. Las elecciones nos dan el poder de remover lo que no sirve, de creer en acciones no en ofertas repetitivas.
En 2023 también está previsto el retorno a las aulas presenciales en la educación pública y privada. Aprendimos mucho con el distanciamiento: programas didácticos, videoconferencias, recursos digitales, algo que hace tres años parecía impensable. Los guatemaltecos hemos avanzado en nuestra transformación digital hasta dos décadas en tres años. Por ello el regreso físico a las aulas debe aprovecharse para potenciar el talento de nuestros niños y jóvenes. Esto también es responsabilidad de nosotros los guatemaltecos ya que los administradores del sistema educativo son tan malos que, en lugar de subir el presupuesto para la tecnología en las aulas, lo redujeron más de un 85% para 2023.
En mi caso sigo adelante con el proyecto de Café con Causa, cuyas ganancias están totalmente dedicadas a apoyar a estudiantes del área rural. Es una forma de contribuir al cambio de horizonte de comunidades totalmente abandonadas por el Estado. Seguiré inspirando y abriendo oportunidades para contribuir con mi granito de maíz para que el Sueño Guatemalteco sea una realidad.
Las previsiones económicas son en general bastante pesimistas debido a factores logísticos, subida de las tasas de interés, alza de materias primas y demás factores. Sin embargo, cada dificultad trae oportunidades, genera nuevas necesidades y abren escenarios imprevistos. La clave está en permanecer atentos y aprovechar esas coyunturas. Por ejemplo, la dura crisis financiera de 2008, lo recuerdo muy bien, fue clave para que yo expandiera las operaciones de XumaK a Guatemala. Me dijeron que era una locura, que no iba a funcionar, pero yo siempre he creído y sigo creyendo en el talento de los guatemaltecos y por eso hoy, no solo sigue operando, sino que nos integramos a un gigante de la publicidad que nos ha hecho llegar a donde no habíamos llegado antes.
Así que, mi estimada guatemalteca, mi estimado guatemalteco, no se desanime. Le deseo lo mejor en 2023. Créalo: ser de este país maravilloso es una bendición. Yo me siento muy orgulloso de ser guatemalteco, maya, emprendedor tecnológico y migrante. A diario confirmo que nuestras raíces son nuestra fortaleza. Pero también es vital reinventarnos, actuar distinto ya que esta es la única forma para transformar nuestras vidas y nuestras comunidades.