La importancia de rodearse de personas más sabias, es vital para nuestro crecimiento.
A lo largo de mi carrera profesional he experimentado la importancia de aprender de otras personas —a quienes, en el tiempo, admiro y respeto. Por esa razón, hoy me tomaré la libertad de reflexionar sobre esos aprendizajes que han sido claves para la sostenibilidad de XumaK; para vencer retos, estar a la vanguardia, crecer y ser globalmente competitivos. Estos principios pueden aplicarse a nivel personal.
«El punto es simple: si a nivel de una empresa o en lo personal te crees el más inteligente del grupo, te estás limitando a tu potencial. Aquí vale la pena poner en práctica el famoso dicho: dos cabezas piensan mejor que una”. – Marcos Antil
Explicaré mi punto. Está claro que cada vez más el principal enfoque de las empresas ya no son sus procesos o productos, sino su personal. El motor de un equipo, de una empresa o una nación, es se gente. Las personas son quienes, con sus conocimientos y habilidades, hacen posible que funcione.
Desde mi humilde experiencia como empresario, mi prioridad siempre ha sido el personal. Entender y conocer a cada miembro es un punto de partida para el buen funcionamiento, la re-dirección de la empresa y el posicionamiento en el mercado.
Es importante valorar a las personas; acercarse a ellas y conocer sus habilidades y potencialidades para ubicarlas en las áreas de su competencia. Asimismo, identificar sus debilidades para apoyarlos a fortalecerse.
Bajo esta premisa, también hay que considerar la importancia de contar con líderes visionarios, que nos den el norte; los que anticipen escenarios de futuro, para adaptarnos a los cambios, innovar y mantener el liderazgo. Por esto es vital rodearnos de personas más sabias que nosotros para no limitaros a nuestros conocimientos.
Tener amigos o ser parte de un equipo, con sed de ir por más cada día, que disfrute y se apasione por lo que hace; que vaya por más, que abrace el autoaprendizaje, que apueste por el cambio y la expansión de su horizonte —es fundamental para nuestra existencia.
También entra en juego la habilidad de tomar decisiones estratégicas a la hora de escoger a las personas que integraran nuestro núcleo. Sabiendo que cada uno cumple una función y rol desde sus capacidades, es vital saber ubicar a las personas en puestos acordes a sus competencias.
Se debe considerar la experiencia, la preparación, los logros extracurriculares y la continua actualización; la proyección social, entre otros méritos que acrediten capacidad de ejecutar una función. Como resultado, el equipo se beneficia no solo en estar en la vanguardia, sino en su crecimiento y en la oportunidad de poder proveer mejoras para su familia-comunidad-país.
En fin, aún con ciertos matices, estos principios de priorizar a las personas, aplican a cualquier empresa o medio, donde trabajar en equipo es fundamental. Se trata de una dinámica donde prima la armonía para lograr un objetivo, donde el empresario sea uno más dentro del equipo, y un verdadero líder, que no caiga en error de únicamente dar órdenes o creerse el más sabio del grupo.