¿Padres de familia, qué tipo de estudiantes le están dando al maestro, al país?
En la mirada de los niños he visto grandes deseos de superación. Algunos me han contado su sueño de ser maestros, doctores, veterinarios o ingenieros en Sistemas y alguna vez ser parte de XumaK.
Llevo siete días recorriendo los municipios de Santa Eulalia y Santa Cruz Barillas, Huehuetenango. En mi camino he compartido con maestros y decenas de estudiantes.
El miércoles volví a la Escuela Urbana de Santa Eulalia, donde estudié la primaria, y fue grato encontrarme con Victoriano, mi ex maestro de Matemáticas, que ahora es director del establecimiento. Además de las remembranzas, nuestra conversación giró alrededor de la educación y los desafíos que enfrenta el país, pero particularmente las comunidades rurales.
Ver la realidad en estas escuelas me llevó a reflexionar sobre un tema a propósito de la cercanía del Día del Maestro. Y es que cuando abordamos el tema de la calidad educativa, siempre tendemos a dejar toda la responsabilidad al profesor o profesora. Por eso quiero enfocarme hoy en el tema del poco acompañamiento, motivación y seguimiento de los padres hacia sus hijos.
«Pocas veces o casi nunca nos preguntamos ¿qué tipo de alumnos realmente estamos entregando al maestro a la hora de enviar a nuestros hijos a la escuela?» —Marcos Antil.
El director Victoriano me ponía como ejemplo el caso de muchos padres de familia que al ver que sus hijos obtenían promedios de 85 y 90 puntos, prácticamente los desatendían y no los acompañan para sobresalir aún más. Otros, al ver que de todas las materias su hijo solo perdió una o dos, lejos de preocuparse se conforman diciendo: “por lo menos ganó la mayoría de materias”.
Una encuesta privada de opinión a nivel nacional sobre qué piensan los padres sobre la calidad de la educación que reciben sus hijos reveló que el 85% de los encuestados cree que sus hijos están recibiendo una buena educación. Sin embargo, al cruzar este resultado con las apreciaciones de mi ex maestro, es evidente que los padres, por alguna razón, se refugian en el conformismo y no se dan cuenta del daño irreparable que le causan al futuro de sus hijos.
En los resultados del último estudio que hizo la Unesco a nivel regional, que evalúa el desempeño de estudiantes de tercero y sexto grado de primaria en Matemáticas y Lenguaje, se observa que en Guatemala menos del 5% de los alumnos alcanzó el máximo rendimiento.
El estado crítico de la educación es igual en el sector público como en el privado, y exige una toma de conciencia desde los padres para demandar un cambio en el sistema educativo.
Terminaré recordando otro aspecto que me comentaba el director. Mayormente, los estudiantes que llegan desde las aldeas y que deben sortear más dificultades para llegar a la escuela suelen ser los más puntuales y aplicados.
Esto me recordó de la gran dificultad que tuve que pasar en la universidad en EE. UU. Mientras regularizaba mi situación en ese país no pude acceder a becas o préstamos del Gobierno, por lo que tuve que trabajar día y noche para costear mis estudios. Contrario, algunos compañeros que no tenían ese problema ni siquiera les interesaba ir a la universidad.