La mayoría de las carreras del futuro tienen como base las matemáticas.
He tenido el gusto de platicar con muchas personas en nuestro país, y todos, incluso quienes aún no son padres de familia, aspiran a dar una mejor educación a sus hijos para que tengan un mejor futuro.
Hablando sobre esos anhelos, les pregunto qué opinan de las matemáticas, y muchos, con solo escuchar la palabra, se asustan. Claramente no tuvieron una buena experiencia en esta materia, y sin darse cuenta transmiten ese temor a los niños de ahora.
«Si de verdad queremos brindar a nuestros hijos la posibilidad de un mejor futuro, es necesario que entendamos que es el campo de las ciencias el que ofrece las mayores posibilidades para lograrlo.» —Marcos Antil.
Sin embargo, sugiero que como padres hablen con sus hijos y los apoyen para interesarse en esta materia. Motivarlos y ayudarlos creativamente para sumergirse en esta ciencia, independientemente de si a ustedes les gusta o no, ya que la mayoría de las carreras del futuro —esas que aspiran heredar a sus hijos— tienen como base las matemáticas.
En el 2014, cuando la revista Forbes enlistó nueve carreras universitarias del futuro, no pudo ser más certero al señalar que “el anteproyecto del futuro se escribirá con las matemáticas”, al nombrarla entre las profesiones más promisorias para el 2022. Es que las matemáticas son una disciplina transversal en todos los ámbitos de la vida. Tan crucial que, incluso, cualquier otra de las carreras denominadas del futuro tiene que ver directamente con las matemáticas.
Como país, enfrentamos desafíos para ser una sociedad desarrollada y competitiva en lo económico, científico y tecnológico. Por dar un ejemplo, muchas empresas de tecnología que han llegado al país para brindar oportunidades de trabajo enfrentan una escasez de profesionales con competencias que tienen raíces en las matemáticas.
Revisando los resultados de la evaluación de graduandos —de diversificado— 2015 que realiza la Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa (Digeduca) del Ministerio de Educación, encuentro que en todo el país, el 64.36% obtuvo un resultado insatisfactorio; el 27.13% debe mejorar; 3.49%, satisfactorio, y solo 5.02%, excelente. Como resultado, el logro nacional suma 8.51% frente a 91.49% de no logro. Si bien es cierto, el porcentaje del logro nacional en matemáticas registra un leve avance en relación con el indicador del 2014, cuando fue del 8.47%. Se trata de una mejora insuficiente para lograr que el país registre cambios notables.
Si de verdad queremos brindar a nuestros hijos la posibilidad de un mejor futuro, es necesario que entendamos que es el campo de las ciencias el que ofrece las mayores posibilidades para lograrlo. Si queremos tener astronautas, químicos, ingenieros, físicos o técnicos, por ejemplo, necesitamos la ciencia, donde las matemáticas juegan un rol crucial. Obviamente, no debemos olvidarnos de los valores y principios sociales para lograr un desarrollo integral de las generaciones.
Ahora que reflexiono sobre esto, le encuentro sentido a la insistencia y el ahínco de mi antiguo profesor de primaria en Santa Eulalia, Huehuetenango, el maestro Victoriano, porque nos esmeramos por aprender y entender las matemáticas. Animo a que, como padres, motivemos a nuestros hijos a perderle el miedo a las matemáticas y, por qué no, a cambiar el modelo de enseñanza de esa materia.