Es importante crear empleos con buenas condiciones para la reducción de la migración.
En el mundo no debería haber muros: ni físicos, ni de oportunidad. El derecho a migrar es legítimo, pero realmente nadie que tenga acceso a la educación, al trabajo, a una vida digna querrá abandonar su tierra, su aire, sus amigos, su cultura, su familia. Por lo tanto, es importante identificar que una de las mejores maneras de evitar la migración es generar las condiciones de desarrollo necesarias y dignas. De ahí, los muros físicos quedan como un símbolo absurdo de lo que en nuestra época jamás funcionará, pues lo que agravia a la dignidad humana nunca será una solución.
Pero más allá del muro, hay un tema que debe ocuparnos seriamente a los guatemaltecos. Hoy más que nunca se nos presenta la oportunidad para reflexionar y encontrar la manera de derrumbar los muros sociales, económicos, políticos o culturales que nos han dividido por décadas.
¿Por qué la gente migra hacia el Norte? He escuchado muchas razones, pero les puedo asegurar que no es por ocio. Nadie se expone a tantos peligros que implican la travesía hacia EE. UU. solo porque le da la gana. Yo lo se, lo viví cuando apenas tenia 13 años—es escalofriante, arriesgado, peligroso, es una experiencia que no se lo deseo a nadie.
«Lo que cada día empuja a miles de guatemaltecos a cruzar fronteras, es ir tras un sueño de mejor futuro para su familia, escapar de la violencia, encontrar una oportunidad laboral». – Marcos Antil
¿Entonces, qué nos queda? Como fiel creyente de crear oportunidades, pienso que la coyuntura actual es un especial momento para que, como país, trabajemos para revertir las causas estructurales de la migración.
La creación de empleo, es un pilar para la generación de ingresos de las familias, sirve para elevar la calidad de vida de las personas, es clave para reducir la pobreza y es vital para propiciar el desarrollo del país. Evidentemente, todo esto debe ser complementado con políticas públicas sostenidas en materia de educación, asistencia nutricional y prevención asertiva del delito.
Se estima que anualmente alrededor de 145 mil guatemaltecos corren tras el llamado “sueño americano”, muchos de ellos menores de edad. No es para menos, cifras oficiales también dan cuenta que cada año, unos 300 mil jóvenes se suman a la fuerza laboral, de los cuales, el mercado formal absorbe únicamente un 10%.
La Política Nacional de Empleo 2012-2021, reconoce que hoy por hoy, el problema no solo es el desempleo. Entre los principales retos destacan la poca generación de empleo formal y el creciente subempleo y la informalidad. La baja productividad de los empleos que se generan, los niveles de los salarios y la poca competitividad de la mano de obra, le agregan ceros a la migración.
Así que más que el polémico muro fronterizo de—el Norte, los guatemaltecos podemos empezar por derrumbar nuestros propios muros mentales, nuestros condicionamientos y escepticismos. Apoyemos los esfuerzos en favor de la transparencia, las iniciativas que buscan el desarrollo pleno de la infancia y nuestro país. Empezando por cambiar nosotros mismo, nuestro entorno cambiará.