Es un buen momento para promover la inversión en ciencia y tecnología para generar soluciones sociales.
La semana pasada me llenó de mucha emoción la inauguración de la primera aula digital en la Escuela Oficial de Varones del municipio La Democracia, Escuintla, gracias al apoyo de la Fundación Sergio Paiz Andrade (Funsepa). Unos días antes también celebré con alegría y orgullo la puesta en órbita de Quetzal 1, el primer satélite guatemalteco en el espacio.
He visto recientemente, entre otros logros, científicos poniendo en alto el nombre de Guatemala y también éxitos en el ámbito cinematográfico y artístico. Son aun pocos, pero son razones suficientes para reflexionar en el gran potencian que existe. El Estado debe aprovechar y proveer herramientas para que mas talentos pongan el nombre de Guatemala en alto. Debe priorizar y actuar, dando mayor relevancia al rol de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt).
Detrás de cada desafío, siempre existe una oportunidad.
El contexto actual, marcado por la expansión de la epidemia del COVID-19, sirve para hacer un alto y reflexionar sobre las decisiones prioritarias que debemos hacer como país. Es un buen momento para concientizarnos sobre la importancia de promover la inversión en ciencia y tecnología para generar soluciones a las necesidades sociales, tal y como está haciendo el mundo hoy, para sentir menos peso del stop/halt que se está viviendo a nivel global.
Por ejemplo, tener un gobierno electrónico ayudaría a atender las necesidades de los ciudadanos de manera remota—reduciría las aglomeraciones y permitiría que no se detengan las gestiones burocráticas ante la necesidad de cierre de oficinas. Su implementación es fácil—yo lo sé, pero depende de voluntad política.
El sábado último, como se esperaba, el gobierno central ordenó la suspensión de clases y el cierre de escuelas. Si la educación hubiese sido prioridad, muchos años atrás se hubiera festejado la apertura de las escuelas digitales en todo el país. Las plataformas y aulas virtuales en las escuelas públicas hoy funcionarían y no habría necesidad de reponer el tiempo perdido para cumplir con el mínimo de días de clases. Las adaptaciones del currículo a otras tecnologías como el de la realidad aumentada, serían un hecho.
Cuando el país decida que la educación, la ciencia y tecnología sean prioridad, todo será posible. El liderazgo de las organizaciones empresariales puede ser clave al promoverlos la educación y la ciencia como prioridad en sus eventos. Es de sentido común, que si queremos resultados diferentes, debemos hacer las cosas diferentes.
Con el brote del coronavirus, la aplicación de tecnología de detección, investigación y monitoreo casi en tiempo real, a través de aparatos médicos, aplicaciones, robots y drones ha sido clave para comenzar a contenerlo en otros países.
A nivel de las empresas y del sector público, la tecnología nos permitiría gestionar el trabajar desde la casa. En el contexto actual, es una medida que puede evitar la paralización total de la economía y la caída de productividad.
La oportunidad de reajustar nuestras prioridades como país, está en nuestras manos.
Detrás de cada desafío, siempre existe una oportunidad. La oportunidad de reajustar nuestras prioridades como país, está en nuestras manos. Educación, Ciencia y Tecnología—ayudarían a Guatemala avanzar más rápido hacia un país con mayor progreso equitativo. Deben ser prioridad para el gobierno y sector privado. Es un buen momento para que, como pasó con el aula digital inaugurada la semana pasada con el apoyo de Funsepa, el gobierno pueda abrir uno todos los días hasta llegar a todas las comunidades del país.
La evolución de la humanidad está marcada por grandes crisis, que han dado pie a las innovaciones. Pero hoy—cuando existe una epidemia global, la valorización de la vida debe superar cualquier costo monetario y debe ser nuestra prioridad. #JuntosSaldremosAdelante.