En los pequeños apartamentos donde vivíamos en Los Ángeles, California siempre había momentos de alegría. Primos, hermanos, amigos nos reuníamos para compartir, especialmente cuando había un cumpleaños o en las fiestas de fin de año. Así fuimos creciendo juntos.
Andrés )sentado) y Leonardo (de verde) se sacrificaron por todos los hermanos menores: trabajaban duro en la factoría de ropa junto a mi papá, Marcos Andrés, para darnos la oportunidad de estudiar y superarnos. Yo aparezco aquí con una camisa que me gustaba mucho.